El día 5 de marzo se celebra el “Día Mundial de la Eficiencia Energética”, una fecha designada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para reflexionar y crear conciencia sobre la importancia del uso racional de la energía para el propio bienestar del planeta.

El concepto de eficiencia hace referencia al uso óptimo de la energía, de manera que engloba cualquier actividad energética llevada a cabo que no resulte nociva para el medio ambiente. Para lograr dicho propósito, el equipamiento y las instalaciones tienen que ser de bajo consumo energético, y es necesario además adoptar hábitos de consumo de carácter responsable y hacer uso de las fuentes de energía, renovables. En el contexto actual europeo, tanto político como medioambiental, las energías renovables y la transición energética, resultan asuntos de crucial importancia, dada la premura de reducir la dependencia energética de la UE y la consolidación de sus acciones dirigidas a la lucha contra el cambio climático.

Según los datos que proporciona Eurostat en 2020, a nivel de consumo energético de la UE, el petróleo fue la fuente de energía más implementada, y llegó a representar el 35% del total de energía consumida. En cambio, las energías renovables, representaban tan solo el 12%. El porcentaje de consumo de dichas energías varía en función de cada estado miembro de la UE. En el caso concreto de España, según las estadísticas de Eurostat del año 2020, el consumo total de productos de petróleo alcanzaba un 45%, mientas que las energías renovables no llegaban ni a una décima parte, siendo su consumo de 8,9%. Estos datos dejan en evidencia la necesidad de incrementar el uso de las energías renovables, promoviendo la apresurada transición hacia las energías verdes.

A nivel de la UE, coexisten una serie de estrategias, planes y reglamentos; que promueven el uso de energías renovables y la transición energética hacia fuentes limpias y verdes. Empezando por uno de los tratados fundamentales de la UE, el Tratado de Maastricht, que estableció como requisito sustancial un crecimiento respetuoso con el medio ambiente. Más adelante, se incorporó el principio de desarrollo sostenible en los objetivos de la Comunidad Europea con el Tratado de Ámsterdam. Hasta llegar hoy al Pacto Verde Europeo y el RePowerEU plan, los más representativos actualmente con relación a esta temática.

Desde LIFE ECODIGESTION 2.0; se pretende promover el biogás como fuente de energía renovable capaz de ser utilizada para el abastecimiento de las plantas depuradoras de aguas residuales (EDAR), reduciendo así los costes de consumo energético y a su vez promoviendo el uso de una fuente verde y limpia. El proceso de obtención de biogás, posee unas características compatibles con los principios de circularidad y preservación de recursos medioambientales, ya que es obtenido a partir de desperdicios orgánicos, a través de la descomposición anaeróbica. Además, la tecnología innovadora que plantea expandir este proyecto, da la posibilidad de

generar un uso secundario a los fangos procesados en las depuradoras, siendo éstos digestatos ricos en nutrientes, posteriormente valorizados como abono tanto para la reforestación como para la agricultura.

En definitiva, siendo uno de los principales objetivos del desarrollo sostenible de la UE la transición hacia las energías verdes y limpias, el proyecto LIFE ECODIGESTION 2.0 constituye una alternativa viable, capaz e idónea de reproducirse y replicarse a gran escala. Mediante el aprovechamiento del excedente de biogás como motor energético, atribuyendo la tecnología desarrollada a modelos de ciudades, involucrando a las administraciones y otra serie de entidades público-privadas a fomentar y promover su uso.