En las últimas décadas, se ha llevado a cabo una importante evolución en los procesos que comprenden el tratamiento de las aguas subterráneas de los núcleos urbanos, lo que ha mejorado sustancialmente la calidad del agua en Europa y, por consiguiente, la salud de las personas y del medio en el que vivimos.
Hasta ahora, el tratamiento de estas aguas se ha centrado en su limpieza para ser posteriormente devuelta al medio. Sin embargo, en muchas plantas de tratamiento se está gestando una revolución tecnológica para llevar la práctica de la depuración al siguiente nivel.
Todo un mar de recursos
De la mano de las nuevas técnicas e innovaciones en la gestión de residuos de aguas subterráneas, las plantas de tratamiento de aguas urbanas han pasado a ser verdaderos centros de recuperación de recursos en los que se puede aprovechar y reutilizar agua limpia, energía, nutrientes y todo tipo de materiales orgánicos.
Según ha publicado la Agencia Europea de Medio Ambiente en un extenso informe, ciertas tecnologías son capaces de separar de manera segura los residuos que, tras ser tratados, nos permiten obtener distintos componentes y sustancias reutilizables, a la vez que facilitan el reciclaje del agua restante para actividades en las que la calidad no es tan relevante, como puede ser el regadío de parques y jardines. Gracias a estas innovaciones y al escalado de la tecnología, en nuestras plantas nos proponemos aumentar la cantidad de residuos alimentarios que pueden ser tratados y reciclados para darles un nuevo uso.
El inmenso potencial que yace en el sector del tratamiento de aguas residuales hace que estemos más cerca de los objetivos de neutralidad climática, avanzando hacia un flujo circular y una mayor eficiencia de recursos en el sector. Y es que, pese a todos los beneficios que nos aporta el poder disfrutar de una mejor calidad de nuestras aguas, los procesos que se llevan a cabo para ello están pasándole factura a la salud de nuestro planeta.
La sostenibilidad también circula en aguas subterráneas
El tratamiento empleado para reducir la polución del agua puede llegar a producir la emisión de gases de efecto invernadero y agentes contaminantes que pasan al aire, los suelos y el agua de nuestro planeta. Fenómenos provocados por el cambio climático, como las temperaturas extremas, y el mayor número de contaminantes que suponen un riesgo para la biodiversidad marina son otros de los obstáculos a los que se enfrentan las plantas de tratamiento.
En el marco legislativo, se necesitan incentivos económicos que favorezcan el reciclaje y la economía circular dentro del tratamiento de aguas subterráneas. Por ello, se está trabajando en impulsar la elaboración de un marco legislativo que permita la entrada de recursos reciclados al mercado de bienes, haciendo frente a las actuales barreras impuestas sobre materiales como el fango resultante de tratar las aguas de alcantarillado.
Emparejar dos conceptos como el tratamiento de aguas urbanas y la economía circular requiere cambios, no solo en el sentido regulatorio e institucional, sino también en como el colectivo ciudadano toma conciencia de lo que envuelve al tratamiento de las aguas y como puede ayudar a cuidar de ellas. Un primer paso para todos supone intentar ser más eficientes a la hora de usar el agua, reduciendo la cantidad que ha de ser extraída del medio para ser tratada, a la vez que mitigando las consecuencias negativas que ello conlleva para el planeta.
En LIFE ECODIGESTION 2.0, esa eficiencia constituye uno de nuestros objetivos principales. Trasladado a la producción de biogás, esto supone conseguir incrementar la cantidad de biogás producido sin necesidad de incrementar la cantidad de inputs empleados en su producción. Para ello, desarrollamos un sistema automático de dosificación de residuos que maximiza su aprovechamiento para la producción de biogás, una de las energías renovables que juegan un papel clave en el funcionamiento de la economía circular.
En general, la solución total a estos problemas solo puede alcanzarse a nivel local.
Factores como los recursos financieros, la disposición de los suelos, la densidad de población, la naturaleza del agua y la industria colindante son condicionantes importantes a la hora de evaluar las opciones disponibles en cada caso. Por lo que para aplicar la innovación que mejor se ajuste a los parámetros de cada situación, esta problemática ha de abordarse con un tono flexible. En este sentido, aunque las grandes plantas llevan a cabo sistemas de tratamiento de gran eficiencia, muchas instalaciones locales situadas en entornos descentralizados pueden realizar estas tareas de manera muy efectiva, siendo capaces de abastecer a pueblos enteros.
Desde nuestro proyecto, nos sentimos orgullosos de situarnos a la vanguardia tecnológica en el tratamiento de aguas residuales y en la producción energética a través de la codigestión de esos residuos. En nuestras instalaciones seguimos centrando nuestros esfuerzos en hacer del biogás, una fuente fiable para su uso en el mercado energético, apoyando la hoja de ruta para energías renovables del Pacto Verde Europeo y los compromisos alcanzados en el Acuerdo de París con el fin de reducir las emisiones de CO2.